
Un médico revela los riesgos de irte a dormir tarde durante un periodo de tiempo prolongado: "Tu cuerpo ya lo está pagando"
La doctora Alejandra Stivaletta alerta en un vídeo viral sobre las graves consecuencias de acostarse después de las once de la noche, un hábito que desencadena desde desajustes metabólicos hasta envejecimiento celular acelerado
La médica y divulgadora científica Alejandra Stivaletta ha generado preocupación con una explicación detallada sobre cómo el simple hecho de dormir tarde puede desencadenar una cascada de efectos negativos en el organismo.
La especialista asegura que "aunque no lo sepas, tu cuerpo ya lo está pagando" cuando el hábito de acostarse después de las 23:00 horas se mantiene durante varias semanas consecutivas. Según su descripción, el primer impacto se manifiesta en la primera semana con el desajuste del reloj biológico, disminución de energía al despertar y la aparición de bajones matutinos acompañados de antojos de comida.
La segunda semana de este patrón de sueño tardío intensifica los problemas cutáneos, según Stivaletta. La producción de colágeno disminuye notablemente, aumenta la deshidratación y el rostro comienza a lucir más apagado, mientras que a nivel emocional aparece una menor tolerancia al estrés que genera irritabilidad y sensibilidad exacerbada. Estos cambios iniciales, aunque parecen superficiales, representan según la experta los primeros signos de un desequilibrio orgánico más profundo que continúa desarrollándose en las semanas siguientes.
Alteraciones metabólicas y genéticas progresivas
La situación se agrava notablemente en la tercera y cuarta semana de mantener este horario de sueño tardío. Stivaletta explica que durante la tercera semana el metabolismo se ve seriamente afectado con aumento de cortisol, desregulación de la insulina y acumulación de grasa abdominal, haciendo más difícil la pérdida de peso incluso con una alimentación adecuada. Pero es en la cuarta semana cuando se alcanza el punto más preocupante, ya que la falta de sueño adecuado "empieza a modificar la expresión genética", activando genes relacionados con procesos inflamatorios crónicos y silenciando aquellos que protegen contra el envejecimiento celular.
La especialista concluye su advertencia señalando que "dormirse tarde no es una costumbre, es un hábito que acelera el envejecimiento", recomendando abandonar el uso del móvil antes de medianoche para proteger la salud a largo plazo. Su mensaje final enfatiza que acostarse temprano no solo aporta descanso, sino que constituye una medida de protección esencial para la salud a largo plazo, previniendo daños que pueden volverse irreversibles cuando el patrón de sueño tardío se mantiene durante periodos prolongados.
Fuente larazon.es