
PROTEINA C REACTIVA ULTRASENSIBLE PCR-US
Dada la prevalencia de la enfermedad cardiovascular en adultos como causa de muerte se han multiplicado los esfuerzos por identificar y prevenir la enfermedad arterioesclerótica en sus inicios.
En la década de los años 50 al 70 los investigadores de Framigham Massachusetts definieron la edad, la hipertensión arterial, el tabaquismo, la diabetes mellitus, la obesidad y la hiperlipidemia como determinantes mayores de enfermedad coronaria y acuñaron el término “factores de riesgo”.
Con el tiempo se ha comprobado la participación de esos factores en la aterogenesis y se han agregado otros como los radicales libres de oxigeno, la homocistinemia, la disminución de las lipoproteínas de alta densidad (HDL) y la historia familiar.
Las investigaciones han aportado información sobre la importancia de estos factores de riesgo como iniciadores de una lesión del endotelio vascular de tipo inflamatorio que origina cambios en la intima y genera “disfunción endotelial” alterando los niveles de oxido nítrico que regula la integridad vascular.
La PROTEINA C REACTIVA es un reactante de fase aguda, clásica de las reacciones inflamatorias, siendo el más sensible con un aumento muy rápido de su concentración en los procesos inflamatorios; esta elevación puede ser hasta 100 veces el valor normal durante las primeras 24 a 48 horas y se mantiene así por varios días; es sintetizada por el hígado y bajo condiciones normales su síntesis hepática es menor a 1mg/L y su peso molecular es de 105.000 daltons y puede elevarse en general en procesos infecciosos, condiciones inflamatorias y en la ECV; se deposita en los sitios donde hay un proceso inflamatorio como en la intima de las arterias en sitios de aterogenesis; la PCR es sintetizada y secretada principalmente por los hepatocitos en respuesta a citoquinas tales como las interleuquinas 1 y 6 y el factor de necrosis tisular alfa; su producción se ve disminuida por efecto de la insulina, así como la de otras proteínas de fase aguda.
En el síndrome metabólico la PCR juega un papel importante ya que refleja la severidad del mismo al correlacionarse con la sensibilidad a la insulina, la disfunción endotelial y deterioro de la fibrinólisis.
La PCR activa el sistema del complemento comenzando en la fracción C1q; la PCR inicia la opsonización y fagocitosis de microorganismos patógenos, pero su tarea principal es la fijación y desintoxicación de sustancias endógenas tóxicas producidas por lesiones tisulares.
La determinación de la PCR sirve para reconocer procesos inflamatorios sistémicos, para evaluar el éxito del tratamiento de infecciones bacterianas con antibióticos, para diferenciar entre formas activas e inactivas de enfermedades con infecciones concomitantes, para evaluar la actividad de enfermedades reumáticas y la eficacia del tratamiento antiinflamatorio, para el reconocimiento precoz de complicaciones postoperatorias y para distinguir una infección de una reacción de rechazo tras el trasplante de la médula ósea.
El uso de la PCR como marcador de inflamación vascular se vio inicialmente obstaculizado por la baja sensibilidad de las pruebas existentes para medir concentraciones mínimas de PCR en suero, por lo cual fue necesario desarrollar pruebas de alta sensibilidad (PCR ultrasensible).
En los últimos años se ha acumulado evidencia sobre el hecho que los niveles de PCR predicen el infarto agudo del miocardio, el accidente cerebrovascular, la enfermedad arterial periférica, la muerte cardiaca repentina y la necrosis vascular en una gran variedad de situaciones clínicas. También tiene valor predictor en la fase crónica después del infarto del miocardio. El valor predictor de la medición de los niveles de PCR con respecto a los eventos cardiovasculares es similar para hombres como para mujeres y presenta variaciones poco significativas con respecto a la edad, no fumadores y fumadores, así como para individuos diabéticos y no diabéticos, hiperlipidémicos y normolipidémicos e hipertensos y normotensos.
La mayoría de los individuos normales tienen concentraciones plasmáticas de PCR-us (ultrasensible) menores de 1 mg/L. Los niveles elevados de PCR-us (mayores de 3mg/L) se encuentran usualmente en menos del 10% de los individuos normales, en menos del 20% de los pacientes con angina estable o variable crónica, pero en más del 65% de los pacientes con angina inestable y en más del 90% de los pacientes con infarto agudo precedido por angina inestable.
El uso de la prueba de PCR-us es fundamental cuando la proteína C reactiva se utiliza para evaluar el riesgo de ECV.
PCR-us (ULTRASENSIBLE) Y RIESGO CARDIOVASCULAR: Se sugiere interpretar los resultados así:
- Riesgo bajo una PCR-us menor de 1 mg/L
- Riesgo medio una PCR-us 1 a 3 mg/L
- Riesgo alto una PCR-us mayor a 3 mg/L
Si la PCR-us es mayor de 10 mg/L la prueba debe ser repetida nuevamente y el paciente debe ser examinado para determinar posibles fuentes de infección o inflamación.
En el Laboratorio Clínico Patológico López Correa se práctica esta prueba diariamente con entrega de resultados el mismo día de proceso.