Bajar de peso no lo es todo: la ciencia explica en qué debes fijarte si quieres estar sano
Expertos hacen hincapié en que los kilos de más o menos en la báscula no es lo único que importa para tener buena salud y evitar enfermedades diversas enfermedades cardiovasculares
Bajar de peso es casi el objetivo más extendido entre todas esas personas preocupadas por su salud. Pero los expertos insisten en que nuestros kilos en la báscula no es lo más importante, ni lo único de lo que debemos preocuparnos, cuando queremos estar sanos y tener una salud plena, ya que depende de otros factores. Por ello, ante la alimentación, ejercicio físico o descanso que llevamos, debemos tener en cuenta que a veces la pérdida de peso y quitar grasa o ganar músculo no tiende a ser lo mismo, pues debemos fijarnos en otros indicadores.
Ser físicamente activo es esencial para la salud cardiovascular. Y ayudar a lo que realmente importa, que es el IMC (índice de masa corporal), según la ciencia. Eso se traduce en la relación entre nuestro peso y la estatura, pero también juegan un papel importante otros indicadores.
Por qué estar delgado no es lo mismo que estar sano: esto es lo que dice la ciencia sobre la grasa y músculo de tu cuerpo
Por eso, debemos fijarnos en nuestro porcentaje de grasa y porcentaje de músculo, ya que aunque estemos en un peso bajo, podemos tener más grasa que músculo, lo que nos haría ser denominados delgados pero metabólicamente gordos. Es decir, aunque tengamos una complexión teóricamente delgada, podemos encontrarnos con que nuestro cuerpo se enfrente a problemas similares a los de una persona con sobrepeso, tales como enfermedades o estado de forma física.
En sí, la composición corporal importa más que el peso. Dos personas pueden pesar lo mismo, pero tener niveles de grasa y músculo diferentes. Un porcentaje alto de grasa corporal, especialmente visceral, es un factor de riesgo para enfermedades, incluso si el peso total está dentro de los límites normales. Por eso, mantener o aumentar la masas muscular es crucial para la salud metabólica, la fuerza y la funcionalidad a medida que envejecemos.
Por otro lado, la calidad de los alimentos es más importante que simplemente reducir calorías, pues una dieta equilibrada rica en alimentos enteros promueve la salud a largo plazo. Además, perder peso de manera rápida o con dietas extremas puede llevar a deficiencias de nutrientes esenciales como vitaminas, minerales o proteínas, lo que puede perjudicar la función inmunológica, la energía o la salud en general.
Asimismo, algunos indicadores de salud, como el colesterol, la presión arterial o la resistencia a la insulina, pueden mejorar incluso si el peso no cambia significativamente.
Obsesionarse con el peso puede generar problemas como trastornos alimentarios, estrés crónico y baja autoestima. Así, debemos tener en cuenta que algunas personas simplemente tienen predisposición genética a ser más pesadas o delgadas, al igual que las hormonas, el metabolismo y otras condiciones como el hipotiroidismo también juegan un papel importante y no siempre se reflejan en el peso.
Fuente larazon.es