El virus del beso es el responsable de la enfermedad de lupus
La relación entre el virus y el lupus se sospechaba desde hace tiempo, pero no se había confirmado hasta ahora
Uno de los patógenos infecciosos más ubicuos de la humanidad es el responsable de la afección autoinmune crónica llamada lupus eritematoso sistémico o, coloquialmente, lupus, según han descubierto investigadores de la Universidad de Stanford (EE.UU.).
Se trata del virus de Epstein-Barr (VEB), conocido también por el virus del beso, presente casi todas las personas. Este virus provoca que unas pocas células inmunitarias se vuelvan anómalas y activen a muchas otras, desencadenando un ataque masivo del sistema inmunitario contra los propios tejidos del cuerpo.
Los resultados se publican 'Science Translational Medicine'.
«Creemos que se aplica al 100 % de los casos de lupus», asegura William Robinson, autor principal del estudio.
Se calcula que 5 millones en todo el mundo padecen lupus, una enfermedad en la que el sistema inmunitario ataca el contenido de los núcleos celulares. Esto provoca daños en órganos y tejidos de todo el cuerpo, piel, articulaciones, riñones, corazón, nervios, entre otros, y los síntomas varían ampliamente entre las personas.
Por razones desconocidas, nueve de cada diez pacientes con lupus son mujeres.
Afortunadamente, con un diagnóstico y medicación adecuados, la mayoría de los pacientes con lupus pueden tener una vida normal, pero para aproximadamente el 5% de ellos la enfermedad puede ser mortal. Los tratamientos actuales ralentizan la progresión de la enfermedad, pero no la curan.
Para cuando llegamos a la edad adulta, la gran mayoría de nosotros hemos sido infectados por el virus de Epstein-Barr (VEB). Transmitido por la saliva, la infección por VEB suele ocurrir en la infancia, al compartir una cuchara o beber del mismo vaso con un hermano o amigo, o quizás durante la adolescencia, al intercambiar un beso.
El VEB puede causar mononucleosis, conocida como la «enfermedad del beso», que comienza con fiebre que remite, pero que luego se convierte en una fatiga profunda que puede persistir durante meses.
«Prácticamente la única forma de no contraer el VEB es vivir aislado del mundo», explica Robinson. «Si has llevado una vida normal, las probabilidades de tenerlo son casi de 20 a 1».
Además, una vez infectado por el VEB, no se puede eliminar, explica Robinson, incluso si se permanece asintomático o se llega a estar libre de síntomas.
Se calcula que 5 millones en todo el mundo padecen lupus, una enfermedad en la que el sistema inmunitario ataca el contenido de los núcleos celulares. Esto provoca daños en órganos y tejidos de todo el cuerpo, piel, articulaciones, riñones, corazón, nervios, entre otros, y los síntomas varían ampliamente entre las personas.
Para cuando llegamos a la edad adulta, la gran mayoría de nosotros hemos sido infectados por el virus de Epstein-Barr (VEB). Transmitido por la saliva, la infección por VEB suele ocurrir en la infancia, al compartir una cuchara o beber del mismo vaso con un hermano o amigo, o quizás durante la adolescencia, al intercambiar un beso.
El VEB puede causar mononucleosis, conocida como la «enfermedad del beso», que comienza con fiebre que remite, pero que luego se convierte en una fatiga profunda que puede persistir durante meses.
«Prácticamente la única forma de no contraer el VEB es vivir aislado del mundo», explica Robinson. «Si has llevado una vida normal, las probabilidades de tenerlo son casi de 20 a 1».
Además, una vez infectado por el VEB, no se puede eliminar, explica Robinson, incluso si se permanece asintomático o se llega a estar libre de síntomas.
Fuente abc.es
