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¿Existe una proteína que alimenta al cáncer que debemos evitar consumir?

¿Existe una proteína que alimenta al cáncer que debemos evitar consumir?

Científicos matizan este mensaje y advierte de que la relación entre nutrición, crecimiento celular y riesgo oncológico es mucho más compleja de lo que parece a simple vista


En redes sociales y foros de salud circula con frecuencia la idea de que existe una proteína concreta que "da de comer al cáncer" y que, por tanto, debería eliminarse de la dieta. Sin embargo, esta afirmación parte de una confusión habitual entre proteínas biológicas, que actúan dentro del organismo, y las proteínas alimentarias que consumimos a diario.
Un ejemplo claro es la proteína YAP, implicada en procesos de crecimiento celular y estudiada en el contexto de distintos tipos de cáncer. Según científicos del Sinai Health, YAP no es un nutriente presente en los alimentos ni algo que pueda "ingerirse" o evitarse con la dieta: es una proteína que producen nuestras propias células y cuya activación depende de señales internas del organismo. Por tanto, no existe una forma directa de bloquearla dejando de consumir un alimento concreto.

Lo que realmente aumenta el riesgo, según la evidencia médica
Cuando se analiza el riesgo desde una perspectiva clínica y epidemiológica, los factores que aparecen de forma consistente no son proteínas concretas, sino hábitos mantenidos en el tiempo. El consumo habitual de alcohol, el tabaco, el sedentarismo y el exceso calórico que conduce al sobrepeso y la obesidad sí están claramente relacionados con un mayor riesgo de desarrollar distintos tipos de cáncer.
En el caso de la alimentación, los estudios señalan especialmente a la carne procesada (embutidos, salchichas, bacon) cuando se consume de forma frecuente, así como a patrones dietéticos muy pobres en fibra, verduras y alimentos frescos. No porque "alimenten" directamente a las células tumorales, sino porque favorecen inflamación crónica, alteraciones hormonales y daño celular.

Precaución con sustancias que estimulan el crecimiento celular
Otro punto que genera preocupación entre los especialistas es el uso de péptidos u otras sustancias con fines estéticos o deportivos sin supervisión médica. Algunas de ellas actúan sobre el eje de la hormona del crecimiento y el IGF-1, vías implicadas en la proliferación celular.
Endocrinólogos y oncólogos coinciden en que manipular artificialmente estos sistemas, especialmente sin estudios previos ni control clínico, puede ser arriesgado en personas con antecedentes personales o familiares de tumores. No se trata de afirmar que estos productos "causen cáncer" de forma directa, sino de subrayar que estimular rutas de crecimiento sin control no es inocuo.

La clave no está en el miedo, sino en el equilibrio
La idea de que existe "una proteína prohibida" simplifica en exceso un proceso biológico complejo y puede generar ansiedad innecesaria. La prevención del cáncer no pasa por demonizar un alimento, sino por construir hábitos sostenibles que favorezcan un entorno corporal más saludable.
En salud, como recuerdan los especialistas, no hay atajos milagrosos: el equilibrio, la evidencia y el acompañamiento profesional siguen siendo las mejores herramientas.

 

Fuente larazon.es