Investigadores canadienses identifican un nuevo enfoque terapéutico para prevenir que el cáncer se propague al cerebro
Científicos descubren una enzima esencial para que las células cancerosas se extiendan e inicien la metástasis cerebral
Los tumores cerebrales que se originan en el propio cerebro se denominan primarios y los secundarios, es decir, los que llamamos metastásicos, son aquellos tumores que se originan en otra parte del organismo como por ejemplo el pulmón o la mama y que en algún momento se extienden al cerebro.
Pues bien, respecto a este segundo tipo, los investigadores Sheila Singh y Jakob Magolan han descubierto una vulnerabilidad crítica que puede ser explotada con nuevos medicamentos para prevenir la propagación.
En un nuevo estudio, publicado recientemente en la revista Cell Reports Medicine, Singh, profesora del Departamento de Cirugía de McMaster y directora del Centro de Descubrimiento en Investigación del Cáncer, en Canadá, afirma que las metástasis cerebrales son cada vez más frecuentes y son extremadamente letales, ya que el 90% de los pacientes mueren en el plazo de un año desde el diagnóstico.
El cáncer de pulmón, el cáncer de mama y el melanoma suelen provocar metástasis cerebrales, recuerda.
Y es que “estamos mejorando mucho en la curación de estos cánceres primarios, pero incluso cuando lo logramos, un pequeño porcentaje de células cancerosas puede escapar y circular a otras partes del cuerpo, incluido el cerebro”, explica en un comunicado.
“Cuando esto sucede, a menudo se trata de un cáncer en etapa terminal, resistente al tratamiento y muy evasivo”, añade.
Magolan, profesor de química médica en el Departamento de Bioquímica y Ciencias Biomédicas de McMaster, sugiere pensar en un órgano como una isla en un océano y en el cáncer como una ciudad que se desarrolla sobre él. Algunas ciudades, dice, pueden desarrollar puertos deportivos llenos de barcos para explorar y establecerse en otras islas; estos barcos son las raras células cancerosas que pueden hacer metástasis en otros órganos.
“Hemos descubierto cómo hundir estos barcos mientras están en tránsito, y probablemente incluso antes de que zarpen”, asegura.
El equipo de investigación interdisciplinario se centra en una enzima llamada IMPDH, que es esencial para las células cancerosas que pueden iniciar la metástasis cerebral.
Al diseñar medicamentos que inhiben esta enzima, esperan poder detener la metástasis cerebral.
Hasta la fecha, los investigadores han sintetizado y evaluado más de 500 moléculas candidatas, un esfuerzo enorme, especialmente para los laboratorios académicos.
“Normalmente, un programa de descubrimiento en una gran empresa farmacéutica produce alrededor de 1.000 moléculas antes de seleccionar una para avanzar a las etapas finales de los estudios preclínicos de eficacia y seguridad”, explica Magolan, que forma parte del comité ejecutivo de Global Nexus de McMaster.
“Ya hemos superado la mitad de un programa de tamaño industrial, con compuestos prometedores en la mano”, añade.
De las más de 500 moléculas estudiadas hasta la fecha, el equipo de investigación ha identificado docenas con una potente actividad contra la enzima objetivo.
Hoy, están optimizando aún más estas moléculas principales antes de seleccionar las mejores candidatas para su evaluación en modelos animales, lo que sentará las bases para futuros ensayos clínicos en humanos.
Este estudio a gran escala ha contado con el apoyo de 2 millones de dólares en financiación y asistencia para la investigación de adMare BioInnovations, y ha sido impulsado en gran medida por el personal, los estudiantes y los aprendices tanto del Laboratorio de Química Medicinal de la Familia Boris como del Laboratorio Singh.
“Las metástasis cerebrales son los tumores cerebrales más comunes en adultos y el tratamiento estándar es en gran medida paliativo. Con este trabajo, hemos descubierto un objetivo para frenar el crecimiento de la metástasis cerebral, lo que, con más investigaciones, podría ofrecer una opción de tratamiento alternativa para pacientes que de otro modo se verían limitados a los tratamientos paliativos”, afirma Agata Kieliszek, investigadora postdoctoral en el Laboratorio Singh y autora principal del nuevo artículo.
Más allá del potencial de cambiar paradigmas que tienen sus hallazgos, los investigadores también son optimistas sobre las implicaciones más amplias de este estudio.
“Los compuestos que estamos estudiando impiden la propagación al cerebro, pero los principios de la metástasis son potencialmente similares en otros órganos”, afirma Magolan.
“Tengo la esperanza de que este programa pueda abrir una puerta a terapias antimetástasis que puedan prevenir la propagación de otros tipos de cáncer”, añade.
Fuente larazon.es